La cocina de las tierras oriolonas es de una gran tradición, destacando la gran variedad y calidad de los productos de la huerta. Así mismo, en la zona de la costa predomina la cocina basada en sus apreciados pescados y mariscos.
Entre las tapas caseras, existe una gran variedad de ensaladillas, ensaladas o las típicas acelgas fritas con ajo, la tortilla de habas, la sangre frita con cebolla y las croquetas de bacalao.
Es imprescindible probar el arroz y costra de esta zona, o los arroces “clarico”, “de Bancal” o “de los tres puñaos”, totalmente hortelanos y melosos. Además, se pueden degustar platos como el "guisao" de pavo, el cocido de pelotas, el arroz y serranas, etc...
Existe un amplio surtido en pasteles y dulces apropiados para cada época del año. Los hornos artesanales se encuentran tanto en confiterías y panaderías especializadas como en los conventos de la ciudad, donde realizan exquisitas tortadas de almendras, chatos, zamorras, almojábenas, buñuelos, paparajotes o pasteles de "gloria".